¿Cuáles son las diferencias entre las cámaras hiperbáricas de baja y alta presión?
Los tratamientos con medicina hiperbárica, u oxigenoterapia, se han popularizado en los últimos años, cada día son más los pacientes que se benefician de las ventajas del oxígeno puro para la prevención y cura de enfermedades y problemas de salud.
La medicina hiperbárica es utilizada por personal sanitario en hospitales y centros médicos para el tratamiento de una gran diversidad patologías, así como deportistas de élite y clubs deportivos para la recuperación y puesta a punto del cuerpo.
Este tratamiento se aplica en espacios habilitados para ello, las cámaras hiperbáricas, donde se respira oxígeno puro a una presión más alta de la normal, aumentando el nivel de oxígeno en sangre y generando un efecto antiinflamatorio que mejora, además, el sistema inmune y acelera los procesos de recuperación de los órganos y zonas afectadas.
¡Resuelve todas tus dudas sobre el tratamiento con medicina hiperbárica en nuestro apartado de Preguntas frecuentes!
Las dos modalidades de la oxigenoterapia: cámaras hiperbáricas de baja y de alta presión
¿Cómo se mide la presión del oxígeno?
La unidad que mide la presión de oxígeno es el ATA (ATmósferas Absolutas). En unas condiciones normales, el ambiente presenta una presión atmosférica de 1 ATA; en las cámaras hiperbáricas esta presión se aumenta con el fin de incrementar el nivel de oxígeno en la sangre; siempre bajo prescripción médica y en función de la patología a tratar.
¿A partir de qué presión se considera medicina hiperbárica?
En base a la regulación de la UHMS (Undersea Hyperbaric Society), organismo internacional regulador de los parámetros en medicina hiperbárica, el oxígeno tiene efectos terapéuticos para el organismo a partir de 1,4 ATAS.
Cámaras hiperbáricas de alta y baja presión, ¿para qué se utiliza cada una?
Las cámaras hiperbáricas pueden ser de baja o alta presión. Según la UHMS de 1,4 ATAS hasta 2 ATAS se considera presión baja o media, y a partir de 2 ATAS en adelante, alta presión.
Sean cámaras de alta o baja presión, los tratamientos son igual de efectivos; no obstante, existen algunas diferencias en el caso concreto de ciertas patologías.
Cámaras hiperbáricas de alta presión
Las cámaras hiperbáricas de alta presión están especialmente indicadas en los casos de intoxicación por monóxido de carbono, así como barotraumas de inmersión; ya que solo una presión alta de oxígeno será capaz de aportar al organismo la fuerza suficiente para recuperarse.
Cámaras hiperbáricas de baja presión
A diferencia de las cámaras de alta presión, el tratamiento en cámaras de baja presión está indicado en los casos donde se requiera una continuidad. Se utiliza en hospitales y para tratar afecciones que requieren un mantenimiento. Normalmente, el tratamiento con baja presión va acompañado de un protocolo de choque, establecido según la edad y el estado de salud del paciente.
Asimismo, las cámaras hiperbáricas de baja presión presentan mayores ventajas para el tratamiento de afecciones neurológicas crónicas o agudas –parálisis cerebral, autismo, traumatismo craneoencefálico, etc.-. La doctora Champoux, profesora de medicina física y rehabilitación en el Centro Hospitalario Universitario Sainte-Justine (CHU) de Montreal, afirma que los tratamientos con presiones bajas estimulan «la revascularización celular, así como la revitalización y curación de tejidos, injertos y órganos».
Cámaras hiperbáricas de baja presión: mismos beneficios, menos efectos adversos
La presión de las cámaras hiperbáricas no determina el éxito del tratamiento, ya que por lo general ambas modalidades presentan los mismos beneficios para la prevención y recuperación de las diferentes patologías. Estudios recientes parecen demostrar un progreso en la función motora y cerebral en pacientes con parálisis cerebral, independientemente de la presión aplicada y la concentración de oxígeno administrada. Por tanto, la elección entre una u otra modalidad de oxigenoterapia solo estará especialmente indicada para enfermedades o problemas de salud específicos.
Asimismo, aunque los tratamientos con medicina hiperbárica no presentan efectos nocivos para la salud, independientemente de la presión a la que se aplique, existe un menor riesgo de sufrir efectos secundarios adversos cuando se aplica a presiones más bajas. Este hecho tiene especial relevancia en los casos donde existen patologías neurológicas, ya que los tratamientos en cámaras hiperbáricas de baja presión presentan un menor riesgo de toxicidad cerebral.
Por otro lado, a partir de 2 ATAS el oxígeno se vuelve inflamable, por lo que hay que tener mayor precaución en su aplicación.
Además, por lo general, las cámaras hiperbáricas de baja presión presentan un menor coste de mantenimiento, lo cual repercute directamente en el coste de los servicios, siendo este mucho más accesible.