Alopecia traumática: causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y prevención
La alopecia traumática, como su propio nombre indica, está causada por un traumatismo físico en la zona donde se produce la pérdida de pelo. A diferencia de otro tipo de calvicies, en este caso el folículo piloso no es el origen de la lesión. En este sentido, este tipo de alopecia sí es reversible ya que, eliminando el factor físico que está provocando la caída, es posible volver a recuperar el pelo con normalidad.
La alopecia traumática suele ser más común en mujeres.
Las tres causas de la alopecia traumática
El origen de la alopecia traumática está directamente relacionado con el factor externo que ocasiona el daño en el folículo. Existen muchas circunstancias y situaciones que pueden dañar el cuero cabelludo y propiciar caída del cabello; desde los recogidos en la cabeza, el uso de gorras o la propia tensión de la piel. Además de la pérdida pelo, también pueden tener lugar otros efectos como la hipersensibilidad en la zona o las cefaleas.
Según cuál sea la manera en que el agente externo lesiona el folículo, la alopecia traumática se clasifica en tres tipos:
- Alopecia por tracción: cuando la caída del pelo se produce por una fuerza excesiva en la acción de arrastrar el cabello, por ejemplo, cuando uno se peina.
- Alopecia por presión: el daño se genera por la compresión continuada del cabello, causada, por ejemplo, por el uso recurrente de cascos, gorros o por el roce de la almohada.
- Alopecia por tricotilomanía: la tricotilomanía da nombre al trastorno nervioso que genera la necesidad de arrancarse el pelo de manera compulsiva. Normalmente, esta acción se realiza de forma automática y busca paliar sensaciones de tensión o ansiedad. Por lo general, este trastorno se inicia alrededor de la pubertad y la mayoría de las personas afectadas son mujeres.
Sintomatología
La alopecia traumática suele afectar al área lateral de la cabeza, la zona detrás de las orejas y el cuero cabelludo. Además de la caída del pelo, este tipo de alopecia también puede producir hipersensibilidad en las zonas afectadas, así como picores y dolor. Por otro lado, al dañar e inflamar el folículo piloso, el cabello suele presentar debilidad.
Diagnóstico
Como en el resto de alopecias y enfermedades, el diagnóstico precoz lo más importante. En este caso, el profesional sanitario realizará un examen exhaustivo en la zona afectada. Una vez descartado que el folículo padece un problema por sí mismo, si no que el daño es generado por un factor externo, llega la hora de hablar con el paciente sobre sus hábitos diarios con el fin de detectar que acciones perjudican al folículo.
En algunos casos, es recomendable la realización de una biopsia, mediante la cual es posible conocer el estado del cabello.
Una enfermedad reversible: tratamiento de la alopecia traumática
El principal tratamiento de la alopecia traumática no es de carácter farmacológico o quirúrgico, sino de índole conductual. Es decir, una vez detectado el factor externo que genera inflamación en el folículo piloso, lo primero es eliminarlo. De esta manera, es probable que el médico solicite al paciente un cambio de hábitos, con el fin de hacer desaparecer el agente causante del daño.
En algunos casos, cuando el folículo piloso se encuentra en un estado de deterioro considerable, además del cambio de conducta, también será necesario añadir tratamiento farmacológico mediante suplementos que promuevan el fortalecimiento del cabello. Asimismo, existen otras medidas como las sesiones de mesoterapia capilar, la cual nutre el cuero cabelludo y estimulan la producción de pelo en los folículos pilosos.
Cuando la enfermedad ha llegado a estados más agudos, en los que sea prácticamente imposible recuperar el cabello, deberán considerarse soluciones quirúrgicas como los trasplantes capilares.
¿Cómo prevenir la alopecia traumática?
Todas las personas pueden sufrir alopecia traumática, ya que su aparición no depende de factores genéticos u hormonales, sino que esta aparece por acciones repetidas de forma inconsciente durante largos periodos de tiempo. Por ello, no queremos acabar este artículo sin ofreceros algunos consejos para prevenir su desarrollo:
- No abuses de las gorras, los gorros y los sombreros.
- No utilices cualquier producto para el cuidado capilar. Algunos de ellos contienen sustancias tóxicas que, a la larga, acaban por debilitar, inflamar e irritar los folículos pilosos.
- Utiliza técnicas de peinado suaves, ya que peinarse de forma rápida y agresiva solo genera daño.
- Intenta no exponer el cuero cabelludo a tratamientos estéticos (tintes) o situaciones inadecuadas (exposición prolongada al sol) que puedan perjudicar tu cuero cabelludo.
- Si estás sometido a un estrés continuado y detectar la aparición de conductas extrañas, como la tricotilomanía, acude de forma inmediata a un especialista.